La salida a bolsa, un reto para las empresas

La salida a bolsa suele representar un punto de inflexión en la historia de una empresa, ya que trae consigo cambios profundos en su estructura económica y organizativa. A partir del momento en que una empresa empieza a cotizar en el mercado bursátil, cualquier inversor puede comprar y vender sus acciones.

¿Cuáles son los motivos por los que una empresa decide salir bolsa? Normalmente se trata de una manera de financiar las estrategias de crecimiento o expansión, aunque en otras ocasiones se hace para ofrecer a los accionistas la posibilidad de obtener liquidez vendiendo sus acciones.

En cualquiera de los dos casos, la salida a bolsa es un procedimiento reglado que requiere un gran esfuerzo de preparación por parte de la compañía. Entre los aspectos que la empresa debe tener en cuenta destacan:

  • La creación de un “equity story” en el que se desarrolle una propuesta de inversión atractiva.
  • El ajuste del funcionamiento de sus órganos de gobierno de acuerdo a los estándares de mercado.
  • La búsqueda de apoyo externo en otros agentes, como bancos de inversión, auditores, etc. Su papel es fundamental, ya que ayudarán al posicionamiento bursátil de la compañía.
  • La estructuración de la oferta de las acciones de forma adecuada, de tal modo que su tamaño resulte atractivo y su liquidez sea suficiente una vez cotizadas.
  • El análisis del precio al que los inversores están dispuestos a comprar y los emisores a vender.

Además, la empresa debe elegir el procedimiento mediante el cual va a salir a bolsa:

  • En la Oferta Pública de Venta (OPV), no se emiten nuevas acciones, sino que se ponen en venta las pertenecientes a accionistas actuales. En una OPV, por lo tanto, el capital social no varía: únicamente cambia de propietario.
  • En la Oferta Pública de Suscripción (OPS), la empresa oferta acciones de nueva emisión como producto de una ampliación de capital, por lo que el capital social sí aumenta.
  • Mediante el sistema de Listing, la compañía no coloca sus acciones entre nuevos inversores, sino que posibilita a los accionistas que sus títulos puedan ser negociados en un mercado organizado, con el fin de evitar que algunos accionistas se hagan con el capital de la sociedad con intenciones hostiles.

Las empresas que cotizan en bolsa ganan en prestigio y en credibilidad, debido a que, al someterse al escrutinio y a la regulación estricta de los mercados, adquieren un compromiso de mayor transparencia en sus planes de negocio y en su desempeño. Esa es la clave para que sus acciones puedan resultar atractivas para los inversores.