Las SPAC, la nueva tendencia para salir a bolsa en EEUU
El mercado estadounidense ha despertado con mucha fuerza en este tramo final de año. Una gran cantidad de operaciones de salida a bolsa han hecho vibrar de nuevo el parquet de Wall Street, convirtiendo septiembre en el mes más activo por recuento de acuerdos desde 1999.
Las grandes compañías tecnológicas, como ya nos tienen acostumbrados, han vuelto a ser las protagonistas de las operaciones más importantes, con Snowflake a la cabeza firmando el mejor debut del año. Por norma general, son empresas con una buena trayectoria empresarial y modelos de negocio bien definidos que salen a bolsa de la forma tradicional.
Pues bien, como alternativa al método tradicional, se han puesto de moda las Empresas de Adquisición de Propósito Especial (SPAC, por sus siglas en inglés). Se trata de compañías instrumentales sin operaciones ni actividad que se crean con el único objetivo de obtener capital a través de una IPO, para posteriormente adquirir o fusionarse con una empresa que ya existe.
Por su modelo de negocio también son conocidas como “compañías de cheque en blanco”: el inversor aporta su dinero sin conocer ningún tipo de detalle sobre la empresa que se adquirirá en el futuro (excepto los grandes inversores que aportan cantidades muy elevadas, que suelen disponer de cierta información confidencial). Esta compra o fusión debe realizarse en un periodo de tiempo determinado (habitualmente son dos años), y, en caso de no llegar a producirse, la SPAC se disuelve y los accionistas recuperan su dinero.
Las SPAC han ganado mucho protagonismo en los mercados y las cifras hablan por sí solas: 80 SPAC han llegado a recaudar más de 32.000 millones de dólares en el tercer trimestre de 2020, una cifra de récord. Tal y como muestra el gráfico, casi cuadriplica la cantidad del segundo trimestre.
Fuente: SPAC Research
Sin lugar a dudas se han convertido en una alternativa muy interesante para las empresas que desean salir a bolsa. Es una forma muy rápida y eficiente de entrar al mercado evitando todas las trabas y regulaciones exigidas por el método tradicional. Derivado de esta simplicidad también aparecen más riesgos para los inversores. Este modelo supone la entrada a las bolsas de empresas que no han superado los mismos análisis y procesos que el resto de compañías.
Pero, ¿cuáles son las ventajas de las SPAC?
- Para el inversor: acceder a operaciones tipo capital riesgo, normalmente fuera del alcance para el pequeño inversor particular.
- Para la compañía: cotizar en bolsa de forma rápida, mayor liquidez y el aumento del valor de la empresa.
- Para el promotor: recibir un porcentaje de la compañía adquirida que puede llegar hasta el 20%.
En conclusión, se trata de un producto financiero complejo no apto para todo tipo de inversores, pero que aporta un buen extra de oportunidades de inversión al mercado de las Ofertas Públicas Iniciales. Veremos en los próximos meses cómo responden los mercados europeos a esta tendencia ya madura en Estados Unidos.